Pescao (Alcides Herrera)

Un día como hoy, con muchos ángeles pasando por los ojos de las agujas, en 1870, tras siglos de inteligentísimas discusiones, brillantes banquetes y banquetas, el Concilio Vaticano I finalmente aprobó el dogma de la infalibilidad papal. A Pío XI le encantó la idea, empezó a decir que el cielo no era azul sino rosadito como los ojos de su nodriza, que las tardes tenían forma de decapitación, que la gente debería parirse a sí misma para evitar ser golpeada por sus padres, que la langosta thermidor era una mierda, etc. Entonces muchas iglesias lo mandaron a tomar por culo, se independizaron, y a casarse se ha dicho.