La vocación del bailarín, coreógrafo y director de ballet Carlos Acosta por la inclusión y la mezcla no tiene nombre. Su reciente proyecto como director del Birmingham Royal Ballet ha sido Black Sabbath-The Ballet. Pareciera que la inglesa mítica banda de rock terminara su carrera artística en el 2017 cuando en su ciudad natal -Birmingham- tocaron su concierto de despedida. Sin embargo, el director del Royal Ballet de la mencionada ciudad tendría en mente un tributo que involucraba a la banda y la traía a los primeros planos nuevamente. Sería un proyecto ideal para fusionar al BRB con la cultura local: llamada cultura Brummie y Black Sabbath está en su cima. El bonus vendría siendo la música misma de la banda de heavy metal, llena de dramatismo y apta para ser llevada a escena.

Según The Guardian, “Desde que la estrella del ballet cubano Acosta se unió al Birmingham Royal Ballet como director artístico en 2020, su objetivo ha sido que la compañía refleje su ciudad natal, tanto en la diversidad de sus bailarines como en la temática de sus ballets. Anteriormente presentaron La ciudad de los mil oficios, sobre la historia de inmigración e industria de la ciudad.

“Black Sabbath es probablemente la mayor exportación de Birmingham, la entidad cultural más famosa y notoria que jamás haya surgido de la ciudad”, dijo Acosta, “por lo que, naturalmente, me atrajo la idea de una colaboración entre lo que la mayoría de la gente podría pensar que sería lo más improbable”: ballet y heavy metal. Aunque, hay que decirlo, no sería la primera ocasión en que esto ocurre. En el programa puede disfrutarse de Iron Man, War pigs, y Paranoid; y sobre todo de la incursión en escena del guitarrista Tony Iommi, quien siguió el proceso creativo de este ballet muy de cerca. Ozzy y Sharon Osbourne también se entusiasmaron y apoyaron el proyecto.

Por si fuera poco, las aspiraciones colaborativas de Acosta fueron más allá y su tributo ha incluído a tres coreógrafos de tres países diferentes para los tres actos, y al artista Alexandre Arrechea como su diseñador de escena. Según el perfil de Instagram de Arrechea, Carlos Acosta le invitó a ser parte de este proyecto un año atrás y que la intención fue clara desde el principio: pagar un sentido homenaje a la legendaria banda.

Alex Arrechea junto a su recién concluída escultura

Acostumbrado a interacturar con diversos públicos fuera de la burbuja de las artes visuales en proyectos como No limits en Park Avenue, o en Coachella Festival con sus Katrina Chairs, Alexandre Arrechea asumió el reto de Carlos Acosta para relizar el diseño escenográfico de Black Sabbath-The Ballet. Al menos tres conjuntos de obras pueden apreciarse, una pareciera ser la recontextualiación de las escenografía del video Paranoid en 1970 pero esta vez aparecen cajas de luz colgadas sutilmente desde el techo representandon momentos icónicos de la carrera de la banda y sus raíces obrero-industrial. El otro es una escultura del mismísimo Henry, logo-emblema de Black Sabbath (figura de demonio suspendido en el aire), posando sobre otra gran escultura de un auto volcado de look bien metalero en la que pareciera una revisitación de Trashed, del álbum Born again, 1983. Significativo sería el homenaje a la “fascinante historia de Iommi sobre la pérdida de sus dedos en un accidente de fábrica cuando tenía 17 años, consistente en delgadas líneas de neón que se asemejan al mástil de una guitarra, o tal vez incluso a líneas de una partitura”.

Las funciones de Black Sabbath The Ballet se han vendido completamente y han tenido una acogida increíble. Público que jamás en su vida había visitado los predios del ballet “clásico”, han asistido a esta puesta en escena llena de texturas en el Hipódromo de Birmingham.