Osmany Suárez Rivero

Amigxs:
El período comprendido entre la presentación de Bruno en la gala de nominados de los Premios Lucas 2013 (1) y el descubrimiento de este videoclip ha sido definitorio para convencerme de la importancia de reactivarme todas y cada una de las vacunas en el consultorio del Médico de la Familia. Nunca más alteraré las fechas de mi tarjetón para evitarme la asechanza de Clotilde, mi enfermera. Lo prometo. Lo juro.

No sé si recuerden que gracias al complot de un viejo vinil de tapicería de Chevrolet convertido en pantalón y la actualizada extravagancia de los movimientos de Josephine Baker en un cuerpo de balita de gas, el pene de Bruno se convirtió en el suceso de aquellos premios. Inconforme con el minuto de fama que te concede la espontaneidad del espectáculo, ahora Bruno ha decidido robarle cierto protagonismo exótico a Tony Menéndez. Si el primo ballerino calculaba minuciosamente los comentarios del populus a través de aquellos lanzamientos suyos desde la cúpula del Capitolio en medio de cantos gregorianos o danzaba sobre un caballo acompañado de alguna que otra pirotecnia de viejo cine soviético en el proscenio del Karl Marx, han sido el desconcierto y lo insólito los encargados de potenciar el CVU de Bruno. Luego de aquellos minutos de imprevisto e indeseado porno, el cantante apenas había sido televisado y retraído con semejante marginación decidió tomar la imagen nacional, cual sediente revolucionario toma la Bastilla, con un videoclip titulado “Fuerte, fuerte”.

Oye, cuando creíamos que Cuba seguía ajena a la influencia de la Tigresa del Oriente o que escasos eran los fanáticos de ese hit peruano de Wendy Sulca llamado “Cerveza, cerveza”, Bruno, alocado con semejantes referentes, irrumpe con “Fuerte, Fuerte”. Su intención y objetivo están clarísimos: tragarse nuestras almas mientras reímos con este espectáculo del Cirque du Solei pero a nivel de matutino del 4 de abril.

Para este tipo de trabajos audiovisuales el Ministerio de Comunicaciones debería otorgar licencias, hacer averiguaciones del CDR y si es preciso hasta test psicológicos. Ya otorgado el permiso, entonces establecer una red de trabajo conjunto con el Ministerio de la Agricultura y el INDER para mantener a Bruno y sus bailarines durante un mes comiendo brócoli y haciendo running en la Ciudad Deportiva.

Recuerdo que por los 2000 alguien avivaba la rumorología caribeña comentando que Alberto Herrero (el cantante que usaba el mismo tinte rubio cenizo que Niro de la Rúa) se bañaba en Guanabo en invierno creyendo que así alcanzaría el milagro de la eterna juventud, pero Bruno anda peor que Alberto y que el Dios del Antiguo Testamento. Si el sagrado mandó a Abraham a matar a su hijo Issac, si convirtió a la mujer de Lot en un pilar de sal y dispuso diluvios, plagas y pestes ¿qué pretende Bruno hacer con nosotros? ¿acaso como Addé Coralí acabar con la escasa paciencia que nos queda en medio de esta pandemia?

¡Andas a lo loco! ¡Por debajo del rodapié, la placa y los tanques del agua! Propongo hacer un crowdfunding nombrado “Let´s save Bruno” para comprarle un poni. No importa si ya tiene piel de monedero viejo para subirse sobre la criatura, el caso es que se entretenga en otra cosa que no sea haciendo videos bajo los efectos de estupefacientes. Redimamos su infancia, porque mamá de Bruno, ¿qué yogurt caducado ingirió y por cuánto tiempo el niño? ¿qué vacuna no se puso: la del pellejito? Gente, todo dinero invertido en Bruno será ante todo un acto de caridad.
“Misericordia, Cristo redentor, por la sagrada cruz, el misterio del santísimo y el sacramento de altares”.
De paso, si queda algún menudo de la colecta, paguémosle una modista que ponga en alto aquel aforismo de Nietszche: “¿a quién he de dar gracias en la próspera fortuna? A Dios y … mi modista”, porque el trapo en este video es deprimente y lo que él imagina sensual deviene tragedia.
Tétano visual.

Notas:

(1) Dice Cruzata que no, que Bruno no estuvo en la gala. Igual esto es ficta, no periodismo.