Elvia Rosa Castro

Acción Balada Tropical: Patio de las cúpulas de artes plásticas del ISA. Esculturas eróticas de Ricardo Porro. Sombrillas de sol en la noche, sillas al revés, ordenadores rotos dispersos en el suelo, bocinas (horns), tanques de gas, hierros…, chatarra, instrumentos musicales y una multitud envidiable de estudiantes conformaron la puesta en escena de aquella cosa súper atípica. Se trataba de un concierto de música ruido donde el sonido provenía de la improvisación sobre cualquier hierro u objeto al alcance de la mano. La repetición de bocadillos (al estilo más punk posible) y un sonido sin historia que va creciendo hace que la música te contagie y provoca raptos completamente irracionales en el espectador, quien se suma al frenesí y a la locura del lugar. Este aparente y primitivo gesto sin sentido (el llamado de la selva) genera espacios de libertad en el que cada cual puede actuar sin miedo a la censura o simplemente haciendo caso omiso de los requerimientos y estándares, como Diógenes. El acto, que dura una eternidad, concluye con la absoluta destrucción de la precaria escenografía y todo cuanto se encuentre en el área. Se trata de una dimensión que por elemental es casi desconocida. Cero discernimiento y por supuesto cero razón. Dionisos se apodera del ambiente del mismo modo que en Las Bacantes y aquella bacanal donde Cadmo esperaba menear su cabeza y olvidar. Eurípides, premoderno;  Balada…, posmoderna. Ambos eufórica y trágicamente antimodernos. Mientras Ágave destroza a su hijo Penteo, Balada hace añicos cualquier cosa inanimada.

Cuando ves algo así te viene el alma al cuerpo. Aún hay artistas y aún hay arte en las cúpulas.

Nota: Este vídeo no tiene otra pretensión que no sea la documentación, así que propongo no juzgarlo en términos de factura. Es material de estudio para interesados, investigadores, etc, etc y su valor es la de constituir un documento, una evidencia de un hecho irrepetible.

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Text completo sobre Balada… en el post FLUIR DEL ÁCIDO…