Inti Hernández, 1976

Bancontodos, 2012

Como en la mejor línea de pensadores cubanos Inti Hernández es un servidor público siempre dispuesto a mediar. Esto es Bancontodos, un banco emplazado en el espacio ideal con una frase grabada en el brazo: “con todos y para el bien de todos”. Esta conocida frase de Jose Martí extraída de su discurso pronunciado en el Liceo Cubano de Tampa y también grabado een el banco, invita a la reunificación y al diálogo entre todas las orillas posibles y la forma de silla de S, como las sillas para enamorados, es una apuesta al amor como eje nuclear por encima de cualquier dogma ideológico. La experiencia de la colaboración en colectividad a través de lo lúdico es una noción que en Inti se ha vuelto clave, fundamentalmente desde que reside en Amsterdam.

En medio de tanta algarabía ideológica, Bancontodos constituye una declaración medular. Esta obra, perteneciente a la serie Lugar de encuentro, fue realizada en bronce espcíficamente para el proyecto Detrás del Muro, 2012.

En 1968 Borges dictó una conferencia en Austin sobre El Quijote. Entre tantas ideas rotundamente brillantes dijo que “después de todo hay una cosa que no queremos olvidar, una cosa que da vida de tanto en tanto”. Sólo le faltó decir que esa “cosa” era la cualidad de lo entrañable, muchas veces asociada también con lo íntimo, lo familiar y lo hogareño en un sentido más filial.

La obra de Inti Hernández, al menos toda la que conozco desde 1994 hasta hoy, está atravesada por esa condición afectiva que nos deja “un sentimiento final de felicidad” y terneza. Y tal vez la causa de ello resida en el nuevo humanismo que ha venido fundando, asentado, nada más y nada menos que basada en una relación poética y noble con la cotidianidad.

En un statement Inti explica:

Esta obra enriquece la serie Lugar de Encuentro mientras explora en la relación de dualidad existente entre sociedad e individuo. Con la ayuda de las formas escogidas esta “escultura” también ilustra mi interés por generar puntos de encuentro entre el arte y la vida.

A decir de Carlos Monsiváis en nuestros días “la ciudad se reconstruye desde sus sistemáticos derrumbes”. La intolerancia entre la gente es uno de esos derrumbes, y este “banco” de dos opuestos que se unen y complementan, es esa ciudad que se repiensa y se reconstruye desde sus propios fracasos y sus retos.

Aquí la frase completa:

«… o la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto al ejercicio íntegro de los demás; o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos… ¡Unámonos, ante todo, en esta fe; cerrémosle el paso a la república que no venga preparada por medios dignos del decoro del hombre, para el bien y la prosperidad de todos los cubanos!».