José Hidalgo (1965)

Todos somos pacientes, ca. 2003

Muñecos de tela y aserrín sobre tela

Años atrás, la manera de resumirle al público (o a mí, qué más da) la manera en que me figuraba a José Hidalgo Jr. fue esta: “la variante criollla del zooz art”. Bajo este título remonté su obra política y el impacto de esta en el contexto cubano y matancero de fines del siglo XX y el primer quinquenio del XXI. El título es una alusión al contenido virulento de su discurso y a la manera alternativa y underground en que circulaba el mismo, como sucedía en la URSS en la década del 70.

Todos somos pacientes, en un contexto no cubano, puede parecer un arreglo navideño pero en un escenario de base castrense y socialista, el rojo y el verde adquieren otra connotación, la de censura y represión sobre todo. Todos somos pacientes es la presunción de que todos estamos enfermos, que hay un virus ideológico que nos corroe y nos enajena al rol de muñecos suaves, maleables.

Todos somos pacientes, en su juego de palabras, habla de la espera y de la paciencia como el mal insular.

José Hidalgo es poco conocido pero en su momento recibió las notas de los críticos y artistas hispanoablantes (y no) tal vez más influyentes por aquellos años entre el 2000 y 2007. Veamos:

1- “…. la obra de Hidalgo es la clara representación del arte político más temático y reflexivo, menos performatico, pero de alto riesgo por sus alusiones directas al sistema político cubano….” (Gerardo Mosquera)

2-“… Ezequiel Suarez y José Hidalgo sintetizan el caos pictórico- político cubano.....(Thomas Hirschhorn)

3-“…..la galería de Hidalgo en Cuba es en referente del arte transgresor y anti utópico…… un artista de pocas metáforas, directo en su discurso micropolitico que se adelanta a la visión distópica de otros creadores de su tiempo……. habrá que estar atento a su evolución.” (Anna Maria Guasch)