Rubén Torres-Llorca (1957)

I can’t breathe with these words in my mouth, 2008

Madera, soga, escultura de yeso y papel

Col. Museo del Barrio

Torres-Llorca es un virtuoso en doble sentido: artesanal y mental. Pero como bien dice él, la fascinación visual de sus obras sucumbe ante el drama que ella presenta.

I can’t breathe with these words in my mouth es una instalación cuyo centro es un busto de George Washington -uno de los padres fundadores de US- con la inscripción “Breathe” en el pedestal. La pieza central está unida a esculturas de libros a través de una madeja de sogas y algunos de estos libros son declarados desaparecidos. Eso es lo que se ve a primera vista aunque realmente creo que se trata de un único libro cuyas páginas han devenido objetos esculturales y algunas están desaparecidas. Sea la Constitución, o su Proclama de la Neutralidad o su Discurso de Despedida, los tres tienen algo en común: fueron escritos desde la perspectiva del que venció y gobierna. Fueron escritos desde la perspectiva del poder.

El libro como delator de sus influencias literarias o como emisor de significados infinitos constituye una de la claves visuales de toda la obra de Rubén Torres-Llorca.

I can’t breathe with these words in my mouth es una instalación pulcra en todos los sentidos posibles. Sofisticadísima y profundamente derrideana, donde la ausencia de lenguaje indica la neutralización del ejercicio del gobierno. Muerta la narrativa se acaba el dilema porque el exceso de retórica produce una sobredosis letal. Un vaciamiento del monumento. El fin de los homenajes. Esta es una posible lectura. La otra es que la obra fuera construida desde el sujeto omitido -el artista- y Washington sea mera cuartada. En semejante intercambio de roles Torres-Llorca estaría hablando de la abrumadora historia política o de cultura en general que todos estamos obligados a digerir, así como las grietas -el missing– que suponen toda deglusión cultural y toda herencia. Y si pierdo la memoria qué pureza.

En uno y en otro, y en todo caso siempre estaremos hablando en el escenario de las trampas del lenguaje y el discurso que lo valida.

Impactante y bella instalación, insertada en la lógica de otra no menos impactane aunque sí más narrativa: History According to the Defeated.