Elvia Rosa Castro

WhatsApp no sólo es gratis o barato: sus algoritmos son bondadosos en términos conspirativos. Gracias a dicha plataforma, el cubano de la isla puede estar 100% conectado con el resto de la humanidad, evadiendo el fisgoneo y la escucha oficial. En una suerte de panteísmo tecnológico, WhatsApp es Dios, una aplicación divina.

jorge&larry, luego de meses correteando por esta aplicación, notaron su caridad cívica, y a través de ella convocaron a sus amigos para que crearan stickers según su imaginación, inquietudes y referencias. Estos mini-posters medio encriptados invadieron y se esparcieron por las redes como virus. En paralelo, el dúo invitó a nueve actrices cubanas exiliadas a re-crear un gesto predeterminado por ellos. Dicha mínima actuación era convertida en gifs que “hablaban” sobre el fastidio, la indiferencia y la antipatía fundamentalmente. Semejante combinación de stickers convenientemente montados y la presencia de esas divas en pequeñas tablets constituye el núcleo duro de Gif me love, muestra de jorge&larry en la galería habanera El Apartamento.

Pero la naturaleza total de su obra le hace acaparar contenido de aquí y de allá devolviéndolo  de manera aplastante: añadieron el site specific I just called to say I love you (my father was a carpenter), en la que un auricular cuelga de una escultural nube-celestial-virtual-salvadora, muy en consonancia con la identidad de este ecosistema visual que es la expo, casi toda verde, tal WhatsApp. También afina con la invitación digital: un clásico corazón de Jesús celular en mano y un emoticón en medio del pecho. Es muy probable que esta obra otorgue organicidad a Gif me love.

La cosa, sin embargo, no quedaba ahí. Lienzos de mediano formato, emplazados con enorme gracia por toda la galería, realizados entre el bad painting, la pintura naif  y cierto aire camp, donde una perra (1) y el nombre de estrellas feministas hollywoodenses constituían el factor común, fueron traídos como quien no quiere las cosas. Se distinguían entre ellos por las frases escritas en cada uno, llenas de humor  y una incorrección política que no soportaría la hipócrita y exagerada cortesía lingüística de estos tiempos. Regio homenaje en clave soez. En esta cuerda, jorge&larry deciden cortejar a varios artistas que estudiaban en el Instituto Superior del Arte cuando Larry González enseñaba allí y ahora andan por el mundo a la buena de Dios. Se trata de pequeñas pinturas con el nombre de cada cual y un detalle identificativo en sus obras. A esto sumamos, porque la cosa tampoco termina ahí, cuatro esculturas. En ellas, de la entrepierna de cada santo, cuelga una masa amorfa y grotesca con frases entre ácidas y chotas.

Y pese a todo esto Gif me love no es una muestra caótica aunque sí abrumadora. En sus infinitas instancias dialógicas y glotonería referencial es muy limpia, y hasta pulcra. Tomemos dos ejemplos de este up and down o montaña rusa llena de voracidad asociativa. Los stickers, resultados de un ejercicio altamente instruido, encapsulado y fino, están repletos de guiños y chistes extremadamente pseudo-disidentes y locales pero ello no es un reproche pues toda la operatoria relacional y procesual que los sustenta ya es de por sí eficiente en términos de experiencia y porque los que formamos parte de ese imaginario cultural nos revolcamos de risa. Son ellos una lección cotidiana de historia y cultura. Crónica social en clave tropológica. La serie de las perras se encuentra en el otro extremo: las frases, escritas en inglés, dialogan, también desde la mordacidad y el humor, con las tesis feministas de cada “estrella”. Este dato manifiesta el recorrido cosmopolita, ilustrado y sofisticado de este dúo que pasa factura a todo lo que encuentra a su paso. No otra ha sido su lógica creativa.

Cada serie es una expo en sí, espacialmente articulada e integrada de tal manera que ¡claro, es un todo! Escribir un texto sobre ella, siguiendo todo su despliegue narrativo, es casi misión imposible. No obstante, encontré  algunas claves: aparece WhatsApp como recurso y discurso ideológico,  herramienta idónea para un nuevo tipo de enlace, ágil, lleno de chispa y neolengua generacional,  así como escenario para un nuevo tipo de conspiración, ligera incluso. Gif me love también es la creencia en la camaradería y el featuring como elemento base para la creación. El culto a la amistad, al amor y a la mujer no se anda con recatos. El homenaje cobra ribetes casi religiosos. El humor incorrecto que impregna cada detalle y el texto como eje aglutinador e imprescindible son distintivos, ubicándolos en una variante carnavalesca de conceptualismo. La deuda con la industria cultural y la literatura atraviesa la obra de estos dos seres de la A a la Z. El esmero enfermizo  proyecta  una obra total y anti-modélica.  

Una sale de allí y se dice que es una muestra muy jorge&larry. Un tiroteo por las cuatro esquinas. Llena de argollas de significados. Exige de tu tiempo, incluso de tu ánimo. Te demanda agudeza y está llena de irreverencias y elogios. Gif me love expone las pulgas del genio, y es una muestra altamente entrañable. Es “teoría y práctica contra tu mal de ojo”, pues tampoco la cosa acababa allí sino en unos enormes ojos de Santa Lucía. Gif me love es un ácido canto al presente en su cualidad actual. El comentario que ahora necesitamos. Es una expo compilatoria, como si quisiera cerrar un ciclo, como si no hubiera un mañana.

*Texto publicado originalmente en la revista ArtNexus, No. 115.

Nota:

(1) Perra es una expresión usada básicamente en el gremio de los hombres gays y significa algo así como ser regia, dura. Resulta un elogio.