Janet Batet

En noviembre de 2016 la galería Fredric Snitzer presentó Tied Stone, una expo personal de Alexandre Arrechea. La muestra, de simplicidad depurada, asume el fragmento como entidad suficiente que, emancipada del todo, deviene arquetipo en sí mismo, entre independiente generador de nuevos valores y referencias.

Tied Stone, de Alexandre Arrechea, toma prestado su título de la pieza homónima que parece erigirse piedra angular de la exposición y del tropo retórico que ocupa al artista. Compuesta por diez círculos concéntricos de aluminio de  realización impecable que contienen a modo de nicho un fragmento de vidrio irregular y traslúcido, Tied Stone, asoma como metonimia insoslayable. Las graduales capas esféricas que evocan los sucesivos mantos terrestres (exactamente diez) contienen al núcleo interno: un fragmento duro, quebradizo y transparente en estado bruto.

Museum Glass

El vidrio, uno de los materiales más arcaicos,  encarna en sí mismo los cuatro elementos del estado de la materia venerados desde la Antigüedad (tierra, agua, aire y fuego),  representando, desde el punto de vista metafísico, el renacimiento y la fuerza transformadora.  El aluminio, por su parte, uno de los materiales más raros y preciados del siglo XIX (más preciado que el oro y la plata),  ha desempeñado un rol vital en la construcción y la industria del siglo XX, transformando la fisonomía propia de la revolución industrial (arquitectura de hierro y cristal) en la nueva tipología arquitectónica (los rascacielos) que, haciendo aparición hacia los anos veinte del pasado siglo, marcan un nuevo giro en la historia urbana global.

La arquitectura ha funcionado en la obra de Arrechea como punto de anclaje para la elucubración en torno a la identidad contemporánea y su condición disfuncional. Tied Stone asoma así como suerte de clave o acertijo que nos abre la puerta al resto de la muestra. Su propia condición de fragmento y el efecto de onda que la animan son esenciales a la pieza en sí misma y al resto de las obras que la secundan.

Vulcano

En este sentido destaca “Vulcano”, de dimensiones colosales y presidiendo la pared frontal de la galería central, introduce el hierro como alteridad al tiempo que referencia obligada a la historia del arte y la figura de Hefesto (¿autorretrato?). Compuesta también por círculos concéntricos, ahora rojos, “Vulcano” la capacidad edificadora y de destrucción encarna a un tiempo.

Vista parcial con Blue fragment

Interesado en la disección del fragmento en tanto entidad suficiente, Arrechea nos presenta varios artefactos (“Blue Fragment”, “Grey Fragment”, “Black Fragment”, “Thelonius”) que nos obligan a aventurarnos más allá de la superficie del objeto, avanzándonos –como entre bambalinas- detrás del escenario para concentrarnos en su naturaleza interna. La misma intención domina en acuarelas como “Reunion” and “Recent Trip to London”).

Arrechea parece en esta muestra avanzar a una suerte de “realidad aumentada”, pero redirigiendo nuestro foco al mundo físico. Sus fragmentos, cual cortes perpendiculares, nos incitan a buscar más allá de la capa externa, superficial, para avanzarnos, capa tras capa, hacia el núcleo, reenfocando nuestra percepción y posicionamiento en el entorno que habitamos.

Tied Stone

Tied Stone, es un haiku visual de elegante limpieza de recursos y depurado mensaje donde fragmento y efecto de onda se erigen pilares suficientes de un inquietante ouroboros a desentrañar.

*Publicado originalmente en Cuban Art News, diciembre de 2016.