Edgar Ariel

Korby se hace un autorretrato al pastel. Usa un espejo para ver su rostro. Tiene una barba no afeitada desde Dios sabe cuántos días, blanca, blanquísima, de monje. En el autorretrato se ve delgado, de apariencia débil, con camisa a cuadros blancos y negros. Tiene un pañuelo, también negro, colgado al cuello, como lo llevan los jóvenes que escuchan rock and roll.

Píter Ortega lo sorprende y le hace una fotografía. En la fotografía Korby sonríe.

Korby parece un personaje de Tolstói. Es más, examinándolo con detenimiento, tiene un aire al mismísimo Tolstói. Korby lleva cincuenta años en Nueva York. ¿Dónde nació? No lo sé. Píter me escribe que Korby tiene 72 años y que estudió en The Art Students League of New York, donde “fue influenciado por la pintura occidental del siglo XIX, como, por ejemplo, el realismo y el impresionismo. También por pintores barrocos como Rembrandt y Velázquez”.

Píter me escribe que Korby vive solo.

Píter me escribe que Korby no tiene familia.

Píter me escribe que Korby vende retratos a cinco dólares al lado del puente Gapstow.

Korby va casi todas las tardes –“sobre todo los fines de semana”– al Parque Central de Manhattan, “desde las cinco o seis de la tarde hasta las nueve o diez de la noche”. Se coloca, invariablemente, “cerca del lago y del Puente Gapstow, que está por la calle 62 y la Quinta Avenida, donde se filmó aquella escena de El Diablo viste de Prada”.

Es una persona nocturna, le ha comentado a Píter. Se queda dormido a la cinco de la madrugada y se levanta a las doce del mediodía. En la madrugada se pone a escuchar noticias en la radio. Si tuviera que irse a la calle, porque tiene problemas con el alquiler, hay algo “muy valioso” que quisiera salvar: sus libros de arte, muchísimos, “una colección de más de treinta años”.

Korby hace retratos como los antiguos dibujantes en las plazas públicas. Hace retratos con una serenidad imperturbable, como si soportara sobre los hombros un cordero. Píter conoció a Korby caminando –“como parte de mi rutina diaria” – por el Parque Central. Ese día se hizo un retrato. Al otro día, el 28 de julio, Píter publicó en su perfil de Facebook:

“A mis amigos que viven en Nueva York, si andan por allí, y se animan, háganse un retrato. Cinco dólares no es mucho, y en la vida de Korby puede hacer la diferencia.”

Desde entonces Korby no deja de recibir solicitudes de retratos y muchos artistas se han sumado a la campaña #UnaExpoParaKorby. A propósito de la repercusión que ha tenido la campaña conversamos con su iniciador, el curador y crítico de arte cubano Píter Ortega.

Píter, quisiera que me comentaras cómo conociste a Korby. ¿Cómo surgió la relación entre ustedes? 

Todos los días, en las tardes, tomo una bicicleta y recorro Nueva York. Mis recorridos terminan en el Parque Central. Camino. Me siento y contemplo la naturaleza. Medito. Miro los lagos. Un día, como parte de esa rutina vi a un señor mayor haciendo un retrato de alguien que tenía sentado delante. Me acerqué por curiosidad y descubrí que tenía una gran habilidad para el dibujo y un excelente dominio del oficio en general. Pero lo que más me sorprendió fue lo barato que vendía los retratos. A su lado tenía un cartel que decía: “5 dólares”.

Por solidaridad con el señor decidí sentarme para que me hiciera un retrato. Estuve unos treinta minutos posando. Al terminar me quedé unos minutos conversando con él y le hice varias preguntas. En un momento me dijo que antes cobraba diez dólares pero que tuvo que bajarlo a cinco porque “hay muy poco turismo en el parque debido a la crisis del coronavirus”. Agregó que hay días que sólo tiene uno o dos clientes.

Cuando llegué a casa me quedé pensando en él y decidí publicar un post en Facebook con el objetivo de animar a mis amigos de Nueva York a que pasaran por el parque y se hicieran un retrato y así ayudar a Korby en su situación económica. La respuesta de la gente rebasó cualquier expectativa. Inmediatamente empezaron a mandarme fotos personas de Miami, Los Ángeles, Texas, España, Canadá y Cuba para que Korby les hiciera retratos.

¿Cómo han sido los pedidos? ¿Cómo se los haces llegar a Korby? 

Al principio llevaba las fotos a imprimir a Staples y luego se las dejaba a Korby. Él no tiene celular. Ahora, como son tantos, les pido que me las manden impresas por correo postal a mi casa. Cuando el retrato está listo las personas me pasan el dinero por ZelleCash App y se lo entrego a Korby.

Las obras listas serán enviadas a las personas, pero de momento las estoy guardando en mi casa. Todos los que han encargado retratos le han dado a Korby muchísimo más de lo que él pide: 30, 50, hasta 100 dólares. Incluso muchos le han mandado dinero de regalo sin pedir un retrato a cambio.

Píter, la campaña ha llegado muy lejos, muchos artistas han colaborado… 

De pronto muchos artistas empezaron a hacer homenajes a Korby a partir de fotos y videos de él que yo he puesto en Facebook. Me han enviado las imágenes de esas obras para que se las muestre a Korby. Ha sido todo muy hermoso y espontáneo. Sin pedirlo. Sin pretenderlo. Incluso varios artistas tienen esas obras a la venta. Cuando las vendan donarán ese dinero a Korby. Ya hay una vendida en 1250 dólares. La pieza se le está enviando al coleccionista. En cuanto pague se le entregará ese dinero a Korby. Otros le enviarán el cuadro de regalo.

¿Y Korby, cómo se siente? 

Korby está muy feliz y sorprendido. Me dijo: “Es asombroso, nunca pensé que iba a ser una inspiración para alguien. Ahora, después de tantos encargos, puedo afirmar que no me había ido tan bien en veinte años”.

Me comentó que todo esto le ha venido muy bien porque está teniendo problemas con la renta y debe dinero. Su renta es preferencial, pero el antiguo dueño murió y los nuevos quieren subirle 500 dólares. Quizás necesite hasta un abogado.

¿Te sientes satisfecho, entonces, con lo que has conseguido para ayudarlo? 

Creo que valió la pena haber puesto aquel post inicial en Facebook. Le hemos cambiado un poco la vida a Korby económicamente. Está feliz. Varios artistas me han llamado por FaceTime para saludarlo. Él conversa con ellos con mucha alegría.

Estoy muy orgulloso de la comunidad artística cubana por su gran simpatía y espíritu solidario. Esto demuestra que el cubano comparte lo poco que tiene. Cuando los cubanos se unen pueden alcanzar el cielo. También se han sumado artistas que no son cubanos y gente que no es del mundo del arte.

¿Por qué creíste necesario crear visibilidad a través de las redes sociales? 

Recuerdo que un profesor de inglés que tuve en Miami nos hablaba de lo importante que es hacer un bien cada día, un RAK (Random Act of Kindness), un acto azaroso de bondad. Nos dijo que no valía con familia o amigos, sino que debía ser con desconocidos. Desde ese momento trato de hacerlo cada vez que puedo. Cuando lo hago siento una paz muy grande. Duermo más feliz. Pongo la cabeza en la almohada y siento que he hecho algo que le puede cambiar la vida a un ser humano, aunque sea mínimamente. No tiene que ser algo material. A veces una sonrisa, ayudar a una persona a cruzar la calle, conversar con alguien por un rato puede cambiar muchas cosas al interior de esas personas.

La mayoría de las veces utilizamos las redes sociales para cosas frívolas. Sobre todo para poner fotos de nosotros mismos constantemente con un narcisismo que puede ser enfermizo. Me dije: “por qué no usar las redes para cambiarle la vida a alguien, para generar conciencia sobre un fenómeno o impactar de manera positiva en la vida de un ser humano? Creo que es más noble, al menos me ha hecho muy feliz.

¿Cómo es la relación entre ustedes?

Voy casi todos los días a verlo. Hemos ido juntos a tomar sopa como parte de su rutina diaria, cuando termina alrededor de las diez. Una vez le dijo a alguien que yo era “su ángel”. Ciertamente es el proyecto más noble que he hecho en el mundo del arte, casi sin pretenderlo.

¿Te has trazado alguna meta con la campaña?

No me he trazado ninguna meta con él. Todo ha ido surgiendo espontáneamente. De momento lo más importante es que Korby siga ganando su dinero. Un canal de televisión de Nueva York hará un reportaje sobre él, y un realizador audiovisual de Miami va a hacer un minidocumental sobre su vida.

¿Qué sucederá cuando estén la mayoría de los retratos listos? 

Cuando estén la mayoría de los retratos listos haré una exposición en mi apartamento. Luego no sé qué pasará, pero con lo que hemos logrado estoy feliz. Hemos cambiado algo en el rostro de Korby. No hay nada más importante que eso.

Una vez me comentó: “I am a man out of my time, I guess”.