Ars Nabis como proyección de grupo entró al circuito artístico (habanero) con la promoción impresa, la publicidad plana. Tuvo lugar desde las páginas de la revista Artecubano (No. 1, 2005). Nacía así para muchos una estrategia grupal otra.
Una década después [desde su fundación], las publicidades en esa revista se han depurado. Hace tiempo que ya están disponibles como valores documentales e históricos, como referencias necesarias del mañana distante. Incluso, una por una se han debido ajustar al espíritu visual del conjunto impreso. Pequeños golpes de vista son, difíciles de esquivar por demás.
En un contexto y una situación similares apareció la correspondiente a Ars Nabis. Cinco eran los artistas promocionados. Otros eran los datos reflejados. Y finalmente surgía una interrogante: ¿frente a qué estábamos? Con los días y un grupo de acciones –exposiciones, impresos, plegables, diálogos interpersonales– se (nos) fijaría la proyección artística del grupo: en este caso, los nombres de cada de uno de sus integrantes; la familiarización con sus obras; la actualización con los nuevos trazos y las disposiciones conceptuales de ellos…, según el caso de cada receptor. De momento, una porción del arte pinareño estaba disponible para irrumpir en el escenario del arte habanero, con esa convicción de la potencialidad ajena a cierta zona, la distante del circuito de todos los días: el más universal de los nacionales.
Ars Nabis ha centrado la atención de perspicaces espectadores, los cuales incluso han hecho sentir este proyecto de promoción artística en el plano de la reflexión y el comentario escritos. Lentamente las páginas de catálogos y de algunas de las ya básicas revistas culturales cubanas han reflejado algún que otro pormenor del arte pinareño ahora postulado. Lo sintomático no recae precisamente en la cantidad de “resultados” en el poco tiempo de vida de esta estrategia de promoción, sino en el interés expresado por quienes constituyen voces autorizadas en la actual crítica de arte de nuestra Isla. Esas han dibujado mejor –quizás sin proponérselo– las insinuadas líneas de contorno con que se mostró públicamente Ars Nabis desde un inicio. Cada firma, cada entrega escrita ha llamado la atención del público que interactúa con sus exposiciones, las cuales indiscutiblemente se acometen con el empuje de los proyectos curatoriales: derivados directos de la obra que se tiene como valor artístico, ¿o viceversa?
La naturaleza de Ars Nabis fue un tanto explicada en las páginas de la revista El Caimán Barbudo (No. 331, noviembre-diciembre, 2005). Un tiempo después de que se diera la compenetración de las propuestas visuales defendidas con algunos de los estimados espacios legitimadores de artisticidad –sería una redundancia decir que habaneros–, los cuales han exhibido –por igual– lo que se ha estimado meritorio y digno.
Cierto asombro debió causar el agresivo arte de Elvis Céllez. Desde la galería sus expresivas pinceladas alcanzaron luego mejor ubicación en obligadas revistas culturales. Por supuesto, mucho después de que Rufo quedase tocado por la magnitud del discurso artístico de Céllez. Tanto, [que el/su ensayo] “Que se vayan ellos, o quién es el monstruo” y las múltiples publicaciones sobre cierto estado del arte de Elvis Céllez lo han dimensionado seguramente mucho mejor. Deducimos algo: habrá Elvis Céllez para rato. ¿Un logro [de 2005] de Ars Nabisssss?
De El Vedado la situación expositiva pasó al Centro Histórico habanero. En algunas de las llamadas casas museos estuvieron representados Israel Naranjo Sandoval, Juan Suárez Blanco e Irina Elén González entre los últimos meses de 2005. Ya todos habían llegado artísticamente –otra vez– a la capital cubana. ¿Y qué? Bueno, bueno, no todos podemos estar allá, en el más allá, en las aristas del allá… Nos resulta imposible la convicción personal respecto al real arte cubano contemporáneo. Aunque quisiéramos tocar puerta por puerta de algún artista de trascendencia, estos tiempos no lo facilitan. (Ante nuestra incapacidad, ¿qué carcajada lanzarían Guy Pérez Cisneros, Rafael Marquina, Mario Carreño, Loló de la Torriente, Joaquín Texidor, Luis Dulzaides Noda y tantos otros?). A falta de esa efectiva operatoria debemos agradecer con creces el servicio en bandeja, el otro factor cigüeña. Algo es algo. ¿Tenemos objetividad con el arte cubano? ¿Lo conocemos?
El sano afán por trascender en el circuito capitalino, como medio idóneo para la aceptación y el reconocimiento colectivos, motiva esta estrategia en grupo, que no es igual con el uso de la preposición de. Traspasar la frontera otra, la interna que nos toca, voltearnos hacia los horizontes capitalinos, irremediablemente trae aparejado la posible novedad. Ojalá pudiera exhibirse un mayor por ciento de las expresiones artísticas actuales de toda la Isla en ese histórico espacio de legitimación. Ojalá allí llegaran los aires objetivos del arte cubano contemporáneo, del más extenso de ahora mismo. ¿Y por qué así? ¿Acaso la mirada crítica no puede llegar a ser integral, objetiva, desde cualquier punto?
Ars Nabis en cuerpo y alma debe su esencia al esfuerzo, el oficio, el talento y la consagración de sus artistas integrantes. Esto por una parte, porque por encima de todo es promoción con sus pertinentes niveles. Es voz posible para seguir reorientando algo del arte pinareño actual desde la postura del marchand insular. Es la visualización diferenciada de cuantos revoletean en torno a la producción artística nacional afín con las artes visuales.


Pensemos. En el caso de las exposiciones que se organizan una y otra vez, personales o colectivas, no importa ahora la idoneidad del espacio en sí, ¿en verdad son obra y gracia en su totalidad de los artistas implicados?, ¿están ellos en realidad faltas de compañía para esta empresa (colectiva)? Tómense los catálogos preparados, asístase a las inauguraciones, afinemos nuestra capacidad de diálogo con quienes hablan en nombre de… De cierto susodicho del arte nacional. Son tantas las variantes que, sin procurar ser intensivos, sabremos al final que algunos de nuestros artistas no están solos en tales lides culturales. Hay nombres colados en los catálogos, las inauguraciones; en una y otra institución: personas útiles en el gran entramado del arte contemporáneo. Héroes, oportunistas, pilares cimeros, sólidos eslabones, amigos… Gentes que ayudan, participan y deciden en una acción determinada. Arte es más que arte: arte es la suma de objetividades.
Ars Nabis se debe a una época, a cierto nivel de comprensiones y participaciones. Sin temor a equivocarnos, resulta ser muy visible en la estrategia promocional otra del arte cubano (pinareño). De conjunto con los artistas de interés prosigue con su paseo a la vista de (casi) todos, con sus pelos y señales: currículos artísticos, patrocinadores, colaboradores, planes futuros, e-mail y página web, coordinador principal, identidad tipográfica del nombre de este proyecto de galería… un tanto ambulante. Además, está el garantizado empleo del catálogo como soporte de ideas, consideraciones. De ese documento pedido en cuanto se asiste a una exposición, aunque más tarde su destino resulte inseguro. Ars Nabis se ha lucido con cada uno de los preparados.
Llegó incluso el momento de que otro proyecto pinareño tomase participación en sus asuntos de diseño: el grupo Baus Diseño, con propuestas que ya van teniendo incidencia en los llamados catálogos del momento. Al respecto, algo le había comentado por escrito al pintor y grabador pinareño José Luis Lorenzo a propósito de su muestra Probando fuerza (Casa Oswaldo Guayasamín, La Habana, mayo, 2006):
Vi tu exhaustiva muestra. Buena parte de las obras ya me las habías mostrado, solo que estuve en presencia de los originales. Muy atinados. Lo mismo podría decirte del catálogo: los muchachones de Baus deben seguir la línea de las posibilidades ideoestéticas del plisado, los plegables… Ellos han retomado la tradición desaparecida. Esas formas son mucho más expresivas y sugerentes que los coloridos y brillantes catálogos de “lujo”.
Ahora amplío: con Baus Diseño, Pinar del Río alcanzaría otra victoria cultural. Sin saberlo, porque no lo han verificado físicamente, sus miembros han desempolvado formas de los años 50, cuando sí hubo lujo de plegables: verdaderos plegables, los ancestros de nuestros actuales catálogos-plegables. Baus Diseño tiene rumbos con destinos. Puede triunfar. Lo ha demostrado en su simbiosis con Ars Nabis. Jamás “Proyecto Galería Ars Nabis. Nuevo arte cubano” nos habría entrado primero por los ojos. Sin el diseño, este proyecto en grupo carecería de identidad.






Amén de la persistencia por promover valores artísticos de Pinar del Río fuera de ese territorio, lo más importante para Ars Nabis –en cuanto a difusión social– ha ocurrido allí. Dos han sido esos momentos. Lo restante resulta secundario, aunque no menos significativo.
Primero sería la oficialización pública de este proyecto en una de las sesiones del II Encuentro de Representantes de Arte (Museo de Arte de Pinar del Río, 29 de noviembre de 2005). Luego, la primera muestra grupal titulada Closed (Galería Arturo Regueiro, Pinar del Río, 31 de enero de 2006). Esa noche se tuvo noción además de una estrategia curatorial: sinónimo, si se quiere, de las elucubraciones de ese agente que define, traza y dispone criterios, apoyados en el arte, en las obras artísticas. Fue ese el momento del estreno verdadero de Proyecto Galería Ars Nabis en términos de simulación y verdad, de seriedad y asombro. Otra vez fue Pinar del Río territorio de privilegio, porque para los asistentes a la citada galería el fundamento de todo estaba en clave. Entiéndase, como la opción de comprender a medias y/o cabalmente. Se procuró la notoriedad y, en algunos, el efecto resultó diferente. Se trabajó y coordinó con esmero para asistir a la primera de nuestras subastas de ficción. Era un juego. Era carnaval, happening, crítica… ¿y cuánto más?
Aún está por escribirse con sosiego lo acaecido en aquella simulación de subasta que, dicho sea de paso, son muy pocos los cubanos de aquí que han estado en una de su tipo, a lo Sotheby’s y/o Christie’s. Para ellos, Closed sería la reducción a cero de tal expresión cultural. Entendamos la razón.
Esa exposición colectiva con ropaje de subasta delimitó estéticamente mejor a los productos derivados y pensados con cada paso que suele dar Ars Nabis. Otra vez hubo ocasión para lucir los encantos del diseño de los integrantes de Baus Diseño, contemporáneos estos con los míticos muchachones del momento: los integrantes de Camaleón. En Closed el diseño estuvo más claro y transparente que con respecto a las ideas rectoras de ella como muestra. Eso creo. En lo personal, me quedo con lo realizado por Baus Diseño. Es más tangible.
En otro orden, prefiero mejor evocar el anuncio llegado vía e-mail de cuanto debía ocurrir a partir de las nueve de la noche de ese 31 de enero [de 2006]:
(…) la exposición será todo un suceso ya que no vamos a hacer nada convencional sino que simularemos una sesión de subasta (primera edición de subasta Ars Nabis). Te explico: con la galería cerrada el director saludará a los presentes esa noche y anunciará la “exposición”. Acto seguido se abrirán las puertas de madera –quedando otras puertas de rejas cerradas impidiendo el acceso de los invitados al interior de la galería–, y cuando las personas miren hacia adentro las paredes de la galería estarán desnudas y el interior estará dispuesto igual a una sesión de subasta, o sea, sillas con los invitados y pujadores ya sentados, podio y martillo, video beam, mozos y caballete. Inmediatamente se anunciará el inicio de la subasta –mediante la lectura de las condiciones generales de contratación– y más tarde Elvia Rosa iniciará la subasta de los lotes de las obras de Ars Nabis (todo esto mientras la gente que está fuera de la galería se cuestiona qué carajo estamos haciendo subastando obras, y algunos funcionarios pensando que estamos locos de remate). Así, entonces, en la medida que se vayan subastando los lotes se irán colgando de la pared y cuando se haya subastado el último, entonces la “exposición” quedará dispuesta y las personas podrán entrar a visitarla; en ese momento queda inaugurada. Por otra parte, seguiremos todas las pautas de una subasta real con diseños incluidos, además de paletas originales, catálogo, credenciales de invitados, participantes –pujadores– y comité organizador, programas, etcétera (1).
Más o menos así se desenvolvieron las cosas. Se subastó, ¡y de qué manera!, entre titubeos, fotos (digitales), filmación de casi todo: y de paletas en busca de altura. Solo faltaron los huevos o algo similar. Para que hubiera habido más dinamismo faltó la reacción de alguien. No hubo choteo. La espontaneidad adversa estuvo ausente. Sencillamente, todos mirábamos. Queríamos atender (bien) el simulacro (de lección) de subasta. ¿Aprendimos?
Ars Nabis ha echado a andar. Sus primeras huellas nos acompañan. Cada vez se expanden más. Este proyecto galería –o si se quiere en su significado de arte profético o vidente– anuncia la (posible) novedad. Ars Nabis se hermana –al menos en nombre– con un proyecto editorial: con la avileña revista Videncia. Ya son dos las enunciaciones culturales que proclaman luz larga. El tiempo dirá… (2).
[La Habana, 2006]* Publicado originalmente como “¿A. N? Ahhh, sí…” en la revista La Gaveta, Pinar del Río, año VI, No. 15, septiembre-diciembre, 2006, pp. 45-49.
Notas:
(1) En un correo electrónico (26 de enero de 2006) que me enviara Julio del Llano, coordinador de Proyecto Galería Ars Nabis. Aunque de profesión es médico, Del Llano mantiene hace años vínculos con aspectos de la cultura, como el diseño, las artes plásticas, la literatura, la música. Él antes de dedicarse a la promoción de artistas de Pinar del Río había participado en una labor similar, solo que con músicos. (Como es de suponer, las fallas a la hora de teclear o de otro tipo, no las he respetado. Por lo demás, en ese mensaje todo es textual).
(2) Nota de 2020. Hoy todo vive en el recuerdo. O casi en el olvido como decantación, para así, seguir con la(s) faena(s) de apreciar y juzgar.
Hoy, quizás, desde la escritura solo retornaría a la muestra-simulacro Closed (2006) en/por sus implicaciones y proposiciones artístico-culturales: ¿no será ella acaso cuanto único nos queda (mejor) de lo que fuera entonces Ars Nabis?
En Camagüey, unos añitos después, una feria-simulacro-show superaría a Closed, a pesar de la igualdad de condiciones: en una provincia, en el contexto de una galería y a puertas cerradas, aunque sin catálogo. Desde la “filosofía” de las 3B –bueno, bonito y (muy) barato– hubo arte (de medianísimo formato) en venta. Nada de ficción o truco. Compramos piezas originales… de altura. El trueque fue efectivo. Real. Y estuvimos demasiados distantes del Período Especial. Apenas (por) unos segundos.
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