Desandando Lo mejor y lo peor de F.G., The situations go on y Estudios sobre la desobediencia. Esto se parece a una crónica social pero igual no lo es o sí lo es y es algo más.
Andrés D. Abreu
Primeramente pido que me disculpe Alejandro Gómez Cangas (1) porque este texto debió haber sido sobre todo para disertar sobre Estudios sobre la desobediencia y lo que implica esa obsesión suya de estos casi 10 años de “retratar y pintar” hasta convertir en arte al ser cubano y su agónica multitud…, pero voy a comenzar al revés porque todo terminó en una fiesta con mucha gente en los jardines de la mansión de la Calle 15 entre C y D (la que fuera residencia de Oscar Benjamín Cintas, magnate del azúcar y el ferrocarril de la Cuba republicana, gran coleccionista y uno de los mecenas que nutrió con su patrimonio los acervos del Museo Nacional de Bellas Artes). Porque en algunas de las grandes habitaciones con majestuosos anaqueles que hay dentro de ese inmueble donde antes pudieron estar colgados Rembrandt, Rubens, Van Dyck, Canaletto, El Greco, Velázquez, Murillo, Goya y Sorolla (ocupado actualmente por el Instituto de Cibernética, Matemática y Física ICIMAF) ha logrado José Yaque agenciarse la posibilidad de instalar su Open Studio, al que invitó a Flavio Garciandía en una especie de featuring.

Me dice el Yaque que esta presentación o encuentro entre su obra y la más reciente serie del maestro Flavio es resultado y continuación de lo que generó Heavy y and Happy Painters en el 2012 durante la XI Bienal. Y eso, dicho así enfrente de la pieza José Yaque y Flavio Garciandía miden y comparan sus penes (“Me cago en..”dijo Garciandía) me puso casi colorado, rosa pálido o rosado pastel tal vez.

La muestra actual entre estos dos artistas, refresca al contexto nacional con una reciente producción del estilo Flavio (aunque de primera impresión ciertos cuadros pueden recordar ese proceso con huevos rellenos de óleo que hace Vincench en su serie Pintura de Acción).
El FEAT del Yaque a Lo mejor y lo peor de F.G. sirvió para cerrar un día ya poco frecuente en el ambiente del arte cubano insular. Una jornada de siete inauguraciones repartidas entre la Habana Vieja y el Vedado que movió a casi tantos como un buen día de una buena Bienal de la Habana. Y al final casi todo el mundo recaló en los antiguos jardines de Cintas con DJ Wichi de Vedado animando una descarga electrojazz (sin Cristal ni Bucanero pero con tamalitos y empanaditas para picar y tragos de Havana Club más algunas otras bebidas importadas).
Un conjuro de exposiciones y coincidencias como este u otras acciones similares hacen falta a menudo para que el arte cubano no siga perdiendo su carácter sistémico como suceso social y lo ayude a (re)empoderarse como acontecimiento en lo indudablemente poshistórico y ante una nueva identidad cultural, que se sobreponga a esa dispersión fenomenal que lo tortura poco a poco tras una banalización globalizante, la desinstitucionalización lenta, la fuga tras el desencanto o el exilio sociopolítico, cada vez con menos salidas demandadas hacia una verdadera revalorización o partidas reclamadas por un viaje sin fronteras hacia la universalidad trascendental.
Voy a mencionar algunos nombres de quienes abracé esa noche en el jardín de Cintas – me disculpan aquellos que olvidé por ser tantos: Eduardo Ponjuan, José Ángel Vincench, Luis Gómez, Duvier del Dago, Alejandro Campins, Felipe Dulzaides, René Francisco, Fernando Rodríguez, Adrian Fernández, Susana del Pilar Matienzo Dalahante, José Manuel Mesías, Luis Manuel Otero, Paolo el de Los Serones, José A. Figueroa y Arturo Montoto. También conversé con Margarita Sánchez Prieto, Jorge Fernández, Luis Enrique Padrón Pérez y algunos estudiantes del segundo año de la Facultad de Artes Visuales de la Universidad de las Artes ISA. Por cierto uno de ellos me sorprendió porque defendió su trabajo de curso con un ejercicio de videodanza y me comentan que puso un poco en crisis al mismísimo contexto académico que imparte Luis Gómez -quien se dice está pintando duro ahora mismo unos cuadros chiquitos como de la talla de Van Gogh mientras lo están anunciando pronto y sin pintura con La era de Hans Haacke ha terminado en un próximo show de Procesual Art Studio.

Ya antes había cruzado palabras y besos con Rocío García a la entrada del estudio del Pollo en Calle I entre 21 y 19. Yo saliendo con mi querido Ricardo Rodríguez y ella llegando a The situations go on, la provocadora propuesta de Orestes Hernández junto a Michel Pérez Pollo, con un invitado como Ezequiel O. Suárez y piezas también de Laura Carralero. Pero mi transcurrir en la tarde noche de arte cubano del 29 de noviembre de 2019 comenzó en Villa Manuela, recibido por el encanto de la anfitriona Virginia Alberdi y con la sorpresa de apenas traspasar la puerta y antes de incluso observar Brecha -un inmenso primer lienzo de Gómez Cangas que abre su exposición de Estudios sobre la desobediencia– encontrarme allí a la profesora de arte danzario María del Carmen Mena, quien me propuso ser entrevistado y oponente de una tesis sobre danza y tecnología que tiene de tutor a Noel Bonilla Chongo.

Tras haber conversado con Magaly Espinosa yOlga Lidia Triana, saludar a Laura Llopiz, Pepe Menéndez, Harold López, …., me presentaron a Danilo Vega un santaclareño que también me habló de tesis (doctoral) que versa sobre el arte cubano después del 2000, tutorada por Luz Merino. Él precisa de información sobre Salle Zéro y requiere le envíe además una fotocopia del pequeño plegable de la expo Pintura Húmeda (al parecer nadie más tiene ese papelito que yo guardé). Qué bien hice hace 15 años en llegarme aquel día hasta la galería el Reino de este Mundo de la Biblioteca Nacional José Martí. Allí Luis Enrique Camejo también inauguró su muestra La Habana elegante, el pasado 28 de noviembre de 2019, un día en que se confabularon ciertos ángeles y demonios del arte cubano y hubo algo de buen hechor en medio de tanto quebrando habitual y cotidiano. Quizás deba darme una otra vueltecita por allá. Uno nunca sabe. Aunque todavía hay algunos que creen que solo ellos lo saben todo.
Nota:
(1) Los primeros trabajos de la pintura sobre individuos cubanos en multitudes de Alejandro Gómez Cangas los descubrí dentro de una cúpula de la Universidad de las Artes ISA un tiempo después de haber yo curado Cubanos Convertibles. Desde aquella vez guardo la idea de que debió ser un invitado a esa expo que pensé en el 2007 para la recién abierta galería Villa Manuela pero que terminó acogida por Luis Miret en Galería Habana en el 2008, porque el tiempo no siempre te deja hacer las cosas como debieran ser. Ahora Alejandro ya tiene toda una valiosa colección de obras sobre el tema y dos buenos textos escritos sobre el asunto: La Muchedumbre y el artista, de Magaly Espinosa, y Cangas y los árboles del bosque, de Virginia Alberdi.
Related
Related posts
1 Comment
Leave a Reply Cancel reply
Estamos en Twitter
Top Posts & Pages
- Blog
- TONY MENÉNDEZ
- EL DESMONTAJE DE LO ÉPICO: la obra de Elvis Céllez*
- RESULTADOS DE LAS SUBASTAS PHILLIPS Y CHRISTIE´S
- IBIS HERNÁNDEZ PONE MALO EL PICAO
- JOSÉ ÁNGEL NAZABAL
- CUBANOS EN EL SIGLO XXI: arte, artistaje, happy hour y transdilema IV
- OTRA VUELTA DE TUERCA EN LA FOTOGRAFÍA I*
- DAR A OTROS Y A NOSOTROS, DAR MÁS: TRANSFERENCISTAS DE LAS ARTES
- LA ESPIRAL DE LA ABSTRACCIÓN. Parte I
Recent Posts
To find out more, including how to control cookies, see here: Cookie Policy
[…] 4 days ago 6 min read […]