Elvia Rosa Castro

Estas obras uqe mencioné en Cubanos en el siglo XXI…, producidas después del año 2000, nacen sin los complejos y retorceduras lingüísticas que signaron la década de los noventa. Leías en esa época incontables declaraciones sobre una crisis en el contexto artístico y la existencia de un colapso moral no muy bienvenido que digamos. Varios textos fueron escritos en torno a la presencia de una vocación cínica del arte luego de la debacle de El objeto esculturado en 1990, cuando varios directivos institucionales fueron despachados de sus puestos de trabajo y Ángel Delgado llevado a prisión durante seis meses por haber realizado el performance La esperanza es la única que se está perdiendo. (1)

A mediados de los noventa varios críticos observaron, de una u otra manera, un fuerte componente cínico en el discurso artístico insular. Un texto clave e iniciativo fue “En pos de una era cínica?” de la curadora y crítico de arte Janet Batet (1995). Se trata de un corto ensayo (tres páginas) en el cual Batet establece una comparación entre cinismo y utopía para explicar el supuesto abandono del rol social de arte en esos años. Sospecho fundadamente q Janet es la autora intelectual de mis andanzas teóricas en torno a este tema.

Enfocado más en el tema “mercado”,
fenómeno joven y alterado en el contexto cubano, Jorge de Armas, por aquel
entonces profesor de Teoría de la Cultura en la Universidad de La Habana,
escribió “Arte para ser comprador”(1998). Un
texto más radical fue escrito por el ensayista y curador Osvaldo Sánchez,
titulado “Los últimos modernos” (1995). Allí Sánchez acuña el término “generación
jineta” para hablar de esa que florería en los noventa. Jineta, en el contexto
cubano, proviene de jinetera o jinetero, palabra usada para nombrar a aquellxs
jóvenes prostitutxs que intercambiaban placer por dinero con turistas
extranjeros o con personas locales que tuvieran ingresos por encima de la
media. La capacidad de gestión de la llamada “generación de los noventa” puede entenderse
como el énfasis en complacer a todos en un período raramente especial.

Héctor Antón Castillo, conocido por su perspicacia crítica en textos encapsulados, ha entregado sus ideas al respecto a modo de aforismos o apariciones guerrilleras, no como algo rastreable en una investigación o texto total, con excepción de “Los últimos posmodernos”, citado anteriormente.

Básicamente
todos estos escritos que he mencionado no dejan de exponer cierta nostalgia por
los años previos, aquellos ochenta en el que parece todos eran intachablemente
buenos, si bien es cierto que muchas obras llevaban el signo de una estética de
“resistencia suicida” o un compromiso casi visceral con el contexto.

Entre los textos de los jóvenes interesados en el tema, “Las generaciones muertas (éticas y prácticas artísticas en el Nuevo arte Cubano”, de Andrés Álvarez y Elizabeth Pozo Rubio (2013), es el texto corto más completo hasta ahora pero no habla del cinismo en sí mismo sino que se asienta en la relación entre el discurso artístico y contexto. Desde ahí los autores trazan cierta historiografía trayendo algunos artistas claves de la vanguardia cubana pre-1959 hasta nuestros días de manera muy general. Dicho texto, recomendable para los estudiosos, es heredero confeso o complemento de mi ensayo (también inconcluso y extendido en este libro), “De la megalomanía ética a la bobería al Nullpunkt”, escrito en 2007 (2010).

En una breve introducción
de tres páginas, Píter Ortega dedica un párrafo a este tema en su catálogo The Millennials Generation. From the
Nonsensical to the Post-Utopian Crisis,
(2016).

Notas

(1) Durante la inauguración, en el Centro de Desarrollo de Artes Visuales, Angelito defecó encima del periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. El objeto esculturado, que bien podía abrir una etapa de retorno al énfasis de la función estética de la obra de arte, cayó repentinamente en la lógica cultural de los ochenta.  Lo curioso es que todo este reordenamiento no sólo convino a los artistas sino a las instituciones, que podían dormir más o menos tranquilas dado el éxodo migratorio de la mayor parte de los creadores.(1)

Referencias

Álvarez, Andrés
y Pozo Rubio, Elizabeth (2013): “Las generaciones muertas (éticas y prácticas
artísticas en el Nuevo arte Cubano)”. En Artecubano (1): 19-24.

Armas, Jorge de (1998): “Arte para ser comprado”. En El Caimán Barbudo 31 (288)

Batet, Janet (1995): «¿En pos de una era cínica? ». En Loquevenga 1 (2): 15-16.

Castro, Elvia Rosa (1998): “El precio de las vacantes (vuelven el cinismo y el arte)”. En El Caimán Barbudo 31 (287): 8-10.

—————– (2010): «De la megalomanía ética a la bobería al Nullpunkt». En Artecubano, (1): 28-33.

Ortega, Píter (2016): The millennials generation. From the nonsensical to the post-utopian crisis. Florida.

Sánchez, Osvaldo (1995): “Los últimos modernos”. En Cuba: la isla posible. Barcelona: Destino.