Vive en Guararí, provincia de Heredia, Costa Rica. Se llama Christian Salablanca Díaz (1990). Graduado de Artes Visuales y Comunicación, creo que sería lícito decir que la obra creativa posee dos fundamentos: el de la violencia institucional, y aquel que se basa en la producción simbólica de sus ancestros. Una, irremediablemente, lleva a la otra y ambas se basan en un extenso y detallado proceso de investigación.

Por un lado la obra del artista costarricense Christian Salablanca Díaz se centra en los fenómenos de la violencia y las formas en que ésta produce, determina y condiciona la historia, la sociedad y la política. Sus métodos de producción funcionan como encuentros afectivos y tienen que ver con territorios y poblaciones de Centro, Sudamérica y el Caribe. Las obras interdisciplinarias de Salablanca intentan crear una reflexión radical sobre las relaciones culturales de los sistemas violentos: del humano al animal, de la palabra a la memoria simbólica y de los centros de poder a la periferia.

Expo Alza de mira. Vista general

“Es del caso decirlo, un elemento central en la producción de este artista costarricense, es justamente comprender la violencia como un fenómeno transversal y dependiente de las diversas condiciones económicas y sociales en las que se presenta dentro del territorio latinoamericano y del Caribe. Su trabajo artístico opera como un sistema móvil de investigación a través del cual ingresa a la complejidad social en la que operan diversas formas de violencia, y principalmente —aunque no exclusivamente—, aquellas que se articulan en los sectores desplazados, periféricos y marginados”, escribió César Vargas a propósito de la muestra personal de Salablanca en Chile, Alza de mira.

En el 2020 Christian obtiene la residencia FLORA ars+natura, a partir de la cual se ha observado un giro en su carrera artística. A partir de ahí se focalizaría en “los lenguajes del arte de nuestros pueblos originarios del continente, apreciados en la constante interacción con el entorno cultural, social y una naturaleza de generosos frutos.

Geometría del centro, (2020). Nace de un viaje de estudio que Salablanca realizó en 2020 en compañía de cinco artistas y del equipo de FLORA ars+natura a la Sierra Nevada de Santa Marta, una cordillera del norte de Colombia habitada por los pueblos kogui, arhuaco, wiwa y kankuamo. El grupo visitó Terunna –una antigua población ceremonial también conocida como Ciudad Perdida–, un lugar espiritual remoto y único formado por un conjunto de terrazas de piedra y plazas circulares. Salablanca quedó asombrado ante el parecido del lugar con los montículos y calzadas del Monumento Nacional Guayabo, un gran yacimiento arqueológico del centro de Costa Rica que se mantiene en gran parte inexplorado.
Concebida como un “videopoema” que integra diseño de audio del artista sonoro Daniel Lara Ballesteros y fragmentos del texto Geometría del centro, la obra explora la relación formal y conceptual entre esos dos lugares de la antigüedad, registrando la creación de una serie de dibujos, unas inscripciones en papel creadas con herramientas de carbón cuyas formas nos hacen pensar en columnas o en instrumentos de medición, como las plomadas.

Tan singular lenguaje gráfico-morfológico, los antepasados lo asimilaron de la Geometría que encontraron en las cosas, paisaje o medio, destrezas manifiestas al grabar petroglifos, proporcionar las dimensiones y estética de metates y mesas ceremoniales talladas en piedra; además de las viviendas, orfebrería en oro, textiles, objetos de cerámica para el uso ceremonial funerario y funcional cotidiano, entre otros”.

Esta nueva fase pudiera resumirse como la investigación sobre mitos y narrativas que surgen, muchas veces, de encuentros familiares. Christian está interesado en las tradiciones de narración oral que canalizan formas de conocimiento antiguo y simbólico para desarrollar instalaciones, esculturas, dibujos y performances.

En este año de 2023 formó parte de la residencia artística Gasworks, en Reino Unido.Durante su residencia en Gasworks, Aquí, Salablanca trabajó en Wī(ə)rləs, una video-instalación en la que analiza las funciones especulativas de objetos como los tradicionales abanicos de plumas de la zona de Puriscal en Costa Rica. Planea utilizar imágenes y esculturas generadas por computadora para repensar ideas sobre la comunicación y la transmisión de conocimientos desde una perspectiva descentralizada.

Christian Salablanca está interesado en “los apelativos que damos a algunos objetos a lo largo del tiempo como parte de una historia pasada, y en este sentido concibe el funcionamiento de los dispositivos inalámbricos que almacenan, comparten y vinculan información. Este proyecto se piensa como una especie de desprogramación, de lo digital a lo analógico,”.

“Estos abanicos están cargados de historias relacionados con mi familia, que preserva tradiciones de herencia indígena cuyos orígenes y significados, sin embargo, son en gran medida desconocidos. Así, diferentes narrativas (re)construyen los objetos y sus funciones. Esto me permite reflexionar sobre un mundo donde se pueden transferir conocimientos e información desde vínculos naturales y espirituales como una forma de entender el presente. Hago uso de este diseño, que es elaborado por comunidades campesinas e indígenas para ser usado en la limpieza de granos y semillas pero que posibilita otras funciones más allá de la instrumental-presente. Así, reimagino el objeto como un archivo vivo que, con vistas a un futuro abierto, almacena diversas formas de conocimiento y da lugar a una multiplicidad de usos y órdenes simbólicos”.

Snakebones

Ha expuesto individualmente en Sagrada Mercancía, Chile (2019), Flora Ars Natura y Galería Valenzuela Klenner, Colombia (2018), Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, Costa Rica, (2014) Alianza Francesa, Costa Rica (2013). Colectivamente en Biquini Wax , TEOR/ética, Gasworks, Sagrada Mercancía, Salón Acme N°7, Espacio Odeón, Museo de arte Moderno de Medellín(MAMM), Galería T20, Centro de arte contemporáneo de Quito(CAC), Museo de Arte y Diseño Contemporáneo(MADC), Oficina Oswaldo de Andrade de Sao Paolo, Espacio Dorffi de Islas Canarias, en los Museos del Banco Central de Costa Rica, entre otros. En el 2016 participó en la X Bienal Centroamericana y en el 2019 en la BIENAL DEL SUR Argentina.